Pero qué lucidas son algunas recetas. O, más bien, lo bonitas que pueden quedar con cuatro cositas.

Una clásica tarta de queso que, en versión individual, dibuja de una forma distinta nuestra mesa, una merienda o un detalle de agradecimiento.

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No voy a entrar en hablar de la historia de la tarta de queso, ni las múltiples variedades que hay (horneadas, en frío, cuajadas, etc). Para eso podéis visitar otros blogs con editores menos vagos que yo. Pero, es que a veces, me cansan los post llenos de información histórica copiada directamente de la wikiland. A mi lo que me va, es que me cuenten historias cercanas. El por qué se hace tal receta en tu casa y no la que hace la vecina. Por qué te gusta con mermelada de fresas y no de higos. Por qué se te quemó un pelín cuando cambiaste de horno o, peor todavía, cuando la vecina o vecino, alentado por el olor de tu rellano, timbró a tu puerta para darte la vara y, conseguir finalmente, que tu obra maestra quedara un pelín más morena de lo que por herencia, sois en vuestra casa.

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En fin…., vamos con la receta que, estoy segura, es lo que os ha traído hasta aquí al ver las fotos tan chulas que me ha querido hacer Carlos (y eso que a mi, me gusta hacer las cosas solita y además, me cuesta expresar cómo quiero el ángulo y otros menesteres fotográficos. Vamos, que soy quisquillosa de más. Agradezco la ayuda y, sobretodo, la paciencia).

Sirvan además para celebrar los cinco años de mis blogs. Gracias a todos por varar en ellos y hacerme tan feliz!!!.

Muacs enormes dulces

INGREDIENTES: para unas 16 tartitas individuales

  • 500 gr queso Mascarpone
  • 200 ml nata líquida
  • 8 cucharadas de azúcar
  • 3 huevos
  • 150 ml leche entera
  • 2 cucharadas de Maicena
  • Ralladura de limón
ELABORACIÓN:
  • En un bol mezclamos todos los ingredientes con una batidora.
  • Pincelamos con mantequilla los moldes.
  • Vertemos la mezcla en los mismos. Ojo con llenarlos hasta arriba de todo. A ver, os cuento,  en el horno esto crece muchísimo. Pero una vez finalizado el tiempo, aquello baja, baja que da gusto. Así que yo las he rellenado hasta el borde. (si tenéis miedo que se desborden, colocad un papel de horno sobre la bandeja).
  • Introducimos en el horno precalentado a 180º durante unos 20-25 minutos (aquí interviene nuestro gusto por lo morenazo) o hasta que al pinchar con un palillo, éste salga limpio.
  • Dejamos enfríar y abrimos mucho la boca al ver lo rápido que se deshinchan (ya quisiera yo el secreto).
  • Una vez frías, cubrimos con la mermelada que más se nos antoje o a la que queramos dar pasaporte por acumulación de espacio en la nevera. Eso sí, a mi con las de frutos rojos me encanta, pero la de melocotón también es muy apañá.
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Ya veis que cosa más sencilla no se puede encontrar:

primer paso = batir;

segundo paso = rellenar moldes;

último paso = hornear.

Y, lo mejor, que hemos manchado poquito y los comensales no lo saben y nos felicitaran, y querrán saber la receta y vosotros y vosotras, hincharéis como lo hicieron ellas en el horno, y les recomendaréis visitar este blog. Y yo, os querré mucho, mucho, mucho. Tanto, que tal vez os envíe unas cuantas u os invite a tomarlas en casa. ¿Apetece?

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¡¡¡Muacs dulces!!!

Y si lo que os apetece es que os las haga yo. Recordad que los Candy Bar by El Sabor de lo Dulce, son una opción distinta para vuestras fiestas, reuniones, celebraciones, regalos o caprichos dulces.

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