Pues un año más, y ya van unos cuantos, han salido de mi horno unos Roscones de Reyes estupendos. Cada año pienso que es imposible mejorar el sabor del anterior y, siempre me equivoco.

La receta está en el blog desde hace tiempo. Lo único que varío es la herramienta con la que los amaso. Este año, he combinado la panificadora del Makro con la Chef-o-Matic, ya que las cuchillas de la Thermomix estaban pidiendo cambio y no quería arriesgarme a estropearla.

No voy a decir con cuál de las dos me ha gustado más porque, los ingredientes han sido los mismos y, el sabor, por lo tanto, idéntico. A lo mejor, me quedo con el amasado de la segunda, pero por decir algo, porque ambas se han portado como campeonas y me han hecho quedar de un bien que me he quitado la espinita que tenía clavada por algo que hice y no salió todo lo perfecto que, a una Virgo como yo, le gustaría. Anyway…

Lo importante de enfrentarse al Roscón es el tiempo y la paciencia. El tiempo, porque es muy entretenido de hacer. Es decir, no os quita nadie las más de 5 horas por unidad, jaja.

Y la paciencia, porque los levados son fundamentales y ya sabemos que la temperatura fresquita y la humedad de estas fechas no ayuda nada al crecimiento de la masa. Así que, armaos de ambos si os queréis hacer Rosconeros profesionales.

Yo hice la masa de arranque a las 3 de la madrugada, (a esas horas todavía no he ido para cama habitualmente). A las 7 ya estaba en pie, lista y dispuesta  para comenzar la faena. Sólo os digo que entre levados, estirados y desgasificaciones, los primeros roscones salieron del horno a las 16 horas. Sí, sé que es bastante tiempo, pero, ¿y el olor que llena la casa, acaso no lo merece?, o el saber que lo hemos hecho nosotros mismos y todo el mundo se quedará fascinado de nuestras habilidades en la cocina?. Definitivamente con estas razones de peso (como cada roscón que sale de más de medio kilo) yo ya estoy convencida.

Segundo levado fuera de la panificadora. Tercer levado ya en bandeja de horno y, por último el decorado con frutas escarchadas, azúcar, almendras fileteadas o, simplemente nada más que el azúcar.

Animaos a hacerlo. No importa que ya haya pasado la fiesta de Reyes. Todo el año es bueno para comer Roscón. Y, sino, que se lo digan a todos los que me los pedís durante los 365 días del año.